sábado, 16 de octubre de 2021

Hay que venir pensado de casa

Hay que venir pensado de casa 
Decide Transformar 

Hace unos días realizamos un proceso de selección de becarios para una empresa Ibex 35. Tuvimos la oportunidad de conocer a cientos de jóvenes. Nos atrevimos a dar buenos consejos a quien nos pareció que los necesitaba o los podía aprovechar, y aprendimos. 

Aprendimos que no todas las universidades son iguales. Recordamos que todo aquello que no requiere esfuerzo no vale la pena y que el carácter se tiene o se forja, pero lo peor que te puede pasar es no tener carácter 

venes millennials con amplios conocimientos técnicos pero cuyo único interés ha sido aprobar y tener un título. Tras el título meterse, en una gran empresa donde algo me encontrarán para hacer, se esté cómodo y calentito y tenga dinero y mucho tiempo libre. La verdad, no creo que eso exista y no sé de dónde has sacado esas ideas en todo caso inadecuadas para comunicar en un proceso de selección de personal. ¡Si gente acomodada ya tenemos no sobra!. ¿Dónde está esa juventud inconformista y luchadora?. Bueno, la hay, pero es un porcentaje lamentablemente bajo.                  

También he percibido miedo. ¿Miedo a qué con 24 años?. Y una percepción de que tener 24 años es ser muy joven. ¿Joven con 24 años?. No, no se es joven con 24 años, ni hoy ni lo ha sido nunca (que le pregunten a Alejandro).   
Sobre todo esa edad es excesiva para no haberse parado a pensar qué quieres hacer con tu vida. No hablo de tener un plan para los próximos 20 años pero sí saber quién eres, (no eres un ingeniero, eso es lo que haces) q quieres hacer, ¿dónde te ves dentro de 10 años?. 

El miedo lo traían de casa. Es cierto que este país ha vivido la peor crisis de los últimos 100 años, pero es que la crisis acabó hace ya 2 años. El miedo paraliza y crea gente sumisa. Pero no queremos gente ni bien mandada ni asustada ni sumisa. 

Las empresas quieren gente que venga con ganas, con ideas, con iniciativa. Y las empresas que no sean así ni son mis clientes ni tienen que ser vuestra empresa, ni tales empresas existirán como empresas a medio plazo. 

El hacer las cosas bien siempre tiene su recompensa y hacerlas mal, a la corta o a la larga siempre acaba mal 

Me sorprendió también el conformismo de los jóvenes. Sobre todo el conformismo en lo tocante a lo económico: el deseo de estabilidad es muy superior al deseo de tener un salario adecuado a su cualificación profesional. Esto, por supuesto, facilita el que el mercado ofrezca salarios bajos a cambio de nada muy ilusoria estabilidad. 

Pocos emprendedores vimos, muy pocos. ¡Pero si lo que buscamos es emprendedores aguerridos!. Alguno ciertamente será mártir. C'est la vie. 
  
Taberna del Gijón, 4 de noviembre de 2016

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