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sábado, 16 de octubre de 2021

Cloud. Sí, pero ¿cómo llegamos a tocar el cielo?

Cloud. Sí, pero ¿cómo llegamos a tocar el cielo?



Su CPD debe estar en el cloud, sus servidores, virtuales y lejos (mejor en que estén en país que ya, por fin, remonta con fuerza; somos país de extremos), y todo bajo su control, querido CIO. ¿Control?, ¿cómo si está todo fuera y desperdigado?, me dirán.
NO, llevar su CPD al cloud no es hacerlo de cualquier forma. Necesita planificar lo que queda, lo que se lleva, adónde y en qué orden. Evidente, pero no todo el mundo lo hace. En otro artículo, en breve, veremos cómo hacerlo. De momento quiero plantearle una duda: si se lleva los servidores… ¿puede acceder a ellos de forma segura? ¿Puede siquiera garantizar que puede acceder a ellos con la misma agilidad, tiempo de respuesta y seguridad que cuando los tenía en su CPD? Pues bien, si no es así, NO lleve su CPD al Cloud. Sea responsable.
Porque hay soluciones. Y si Vd. quiere irse al cloud en mayor o menor medida, lo primero que tiene que hacer es revisar su red de comunicaciones. Su red de comunicaciones es hoy en día su principal activo, donde Vd. se la juega. De nada sirve tener su CPD magníficamente redundado en cada uno de sus elementos o incluso geográficamente si no puede acceder a él.
Si hasta ahora su red de comunicaciones era importante, ahora es un elemento crítico. Vd. debe revisar su red de comunicaciones y dar un buen servicio. La ADSL de su casa no es la mejor solución para su empresa. Tal vez sus compañeros de trabajo sean pacientes, o no tengan mucho que hacer, pero no es creíble.
Hace años trabajé en una gran empresa cuya innovación en formas de trabajar y la diferencia competitiva que podía ofrecer dependía en gran medida del acceso a los entonces limitados pero innovadores servicios de Internet. Entonces no lo sabían; fue una pelea de años el conseguir que el acceso principal a Internet se ampliase a una velo11111cidad que permitiese el funcionamiento adecuado de los trabajadores de la empresa siendo pioneros en la utilización de tales recursos. Años de productividad perdidos y cientos de potenciales clientes que hubiesen comprado un servicio superior también perdidos.
Pero entonces sí podían acceder a sus aplicaciones corporativas (bueno, los de la oficina de Madrid, claro, en otras provincias no estaban tan contentos)
Lleve sus servidores al cloud, pero revise su red corporativa. Vd. debe dar el mismo servicio en cualquiera de sus sedes como en su central, en cuanto a velocidad y acceso a aplicaciones y funcionalidad. Y no desperdigue su servidores en una pléyade de hosters: en su proyecto de Telecomunicaciones, una de sus sedes (su nueva sede) es su nuevo CPD en cloud. En cloud, sí pero TOTALMENTE integrado y DENTRO de su red corporativa, y eso lo debe gestionar a nivel de red.
Y Vd. tampoco tiene tiempo ni recursos para gestionar su red. Contrate un servicio GESTIONADO. No contrate Vd. líneas, ni compre routers ni firewalls ni proxies ni gestores de ancho de banda a media docena de proveedores. No tiene dinero para ello, si gente en el departamento IT para hacerlo bien. Vd. debe contratar el servicio, Vd. compra un servicio que debe incluir una interlocución ágil y directa con su comercial, acceso de sus técnicos a sus técnicos, un proyecto completo que contemple redundancia en su red, backup en cada una de sus líneas, seguridad, etc. Y un mejor coste. Todo eso es posible. Es complicado. Pero ya dijimos en un artículo anterior que al CIO no le iba a faltar trabajo, y trabajo de calidad.
La principal responsabilidad del nuevo CIO es seleccionar a los proveedores de su empresa y gestionar unos buenos SLAs (Acuerdos de Nivel de Servicio). Y no, no le digo que eche a su técnico de sistemas, no. Dele una buena noticia: ya no está solo, ahora tiene a un equipo su disposición. Y dos malas: ahora le va a exigir más a su red y a él, porque por fin va a tener TIEMPO para abordar esos proyectos eternamente postergados.

El futuro del departamento de IT

El futuro ya está aquí

El CIO del futuro es un BROKER de servicios. Los departamentos de informática serán menos numerosos que hoy. Sí, malas noticias: si ahora el CIO ya está desbordado y su equipo más, y le falta gente… pues no, el departamento de IT no va a ampliar plantilla.

En el futuro departamento de IT hay poca gente, muy buena, bien pagada, orientada al negocio, y el CIO está en el Comité de Dirección. Malas noticias para las empresas que han decidido que su IT dependa de Finanzas, o de Recursos Humanos. Magníficas noticias para su competencia. Podrán comprarles a buen precio en breve. Cuestión de tiempo. Es todavía mucho más original, y augura una más rápida caída de la empresa el que al frente de IT esté el departamento de Compras.

El trabajo del nuevo departamento de IT es gestionar las relaciones con el resto de departamentos de la empresa, entender sus necesidades, orientarlas, buscar soluciones tecnológicas, identificar partners (no proveedores) que suministren las soluciones, negociar los SLAs con  los partners, controlar la ejecución, exigir, monitorizar, informar. No, no va a faltar trabajo.
Y en todo esto donde el CIO se la juega es en la selección de partners. Porque son “su” selección.

En el nuevo departamento de IT no hay técnicos de sistemas ni programadores. Éstos están en las empresas que suministran los servicios. Y los servicios se suministran remotamente: near-shore u off-shore, conceptos muy flexibles. Donde “off-shore” puede ser tanto Teruel como la India. Y lo mejor del caso es que Teruel ofrece condiciones objetivas de competitividad mejores que la India.
Esta es mi visión.

Pero tiene truco. No es ninguna visión. Las grandes empresas, con los mejores profesionales, YA están ahí. Sólo hay que mirar. El 90% de las empresas del tejido empresarial español, PYMEs, no. Y no lo han visto todavía.
Es misión de los proveedores de servicios evangelizar en esta cultura, que les permitirá hacer un inmenso favor a esos CIOS de PYMEs que no entienden por qué no salen del marasmo, que piden más recursos financieros y humanos y nos los reciben y trabajan de sol a sol. Y haciendo ese favor venderán sus soluciones (sus productos, según terminología del siglo pasado).

Hay que venir pensado de casa

Hay que venir pensado de casa 
Decide Transformar 

Hace unos días realizamos un proceso de selección de becarios para una empresa Ibex 35. Tuvimos la oportunidad de conocer a cientos de jóvenes. Nos atrevimos a dar buenos consejos a quien nos pareció que los necesitaba o los podía aprovechar, y aprendimos. 

Aprendimos que no todas las universidades son iguales. Recordamos que todo aquello que no requiere esfuerzo no vale la pena y que el carácter se tiene o se forja, pero lo peor que te puede pasar es no tener carácter 

venes millennials con amplios conocimientos técnicos pero cuyo único interés ha sido aprobar y tener un título. Tras el título meterse, en una gran empresa donde algo me encontrarán para hacer, se esté cómodo y calentito y tenga dinero y mucho tiempo libre. La verdad, no creo que eso exista y no sé de dónde has sacado esas ideas en todo caso inadecuadas para comunicar en un proceso de selección de personal. ¡Si gente acomodada ya tenemos no sobra!. ¿Dónde está esa juventud inconformista y luchadora?. Bueno, la hay, pero es un porcentaje lamentablemente bajo.                  

También he percibido miedo. ¿Miedo a qué con 24 años?. Y una percepción de que tener 24 años es ser muy joven. ¿Joven con 24 años?. No, no se es joven con 24 años, ni hoy ni lo ha sido nunca (que le pregunten a Alejandro).   
Sobre todo esa edad es excesiva para no haberse parado a pensar qué quieres hacer con tu vida. No hablo de tener un plan para los próximos 20 años pero sí saber quién eres, (no eres un ingeniero, eso es lo que haces) q quieres hacer, ¿dónde te ves dentro de 10 años?. 

El miedo lo traían de casa. Es cierto que este país ha vivido la peor crisis de los últimos 100 años, pero es que la crisis acabó hace ya 2 años. El miedo paraliza y crea gente sumisa. Pero no queremos gente ni bien mandada ni asustada ni sumisa. 

Las empresas quieren gente que venga con ganas, con ideas, con iniciativa. Y las empresas que no sean así ni son mis clientes ni tienen que ser vuestra empresa, ni tales empresas existirán como empresas a medio plazo. 

El hacer las cosas bien siempre tiene su recompensa y hacerlas mal, a la corta o a la larga siempre acaba mal 

Me sorprendió también el conformismo de los jóvenes. Sobre todo el conformismo en lo tocante a lo económico: el deseo de estabilidad es muy superior al deseo de tener un salario adecuado a su cualificación profesional. Esto, por supuesto, facilita el que el mercado ofrezca salarios bajos a cambio de nada muy ilusoria estabilidad. 

Pocos emprendedores vimos, muy pocos. ¡Pero si lo que buscamos es emprendedores aguerridos!. Alguno ciertamente será mártir. C'est la vie. 
  
Taberna del Gijón, 4 de noviembre de 2016

El gran problema que supone la existencia del TIC y los CIOS en las empresas

Artículo que escribí hace años, y sigue siendo de actualidad. No aprendemos 


En los departamentos TIC actuales nos encontramos con lo siguiente: profesionales que realizan un trabajo enorme para sacar adelante los sistemas con los que funciona su empresa, sin los cuales el negocio no funciona, no existe. Pero su trabajo no es ni reconocido ni recompensado. ¿Se siente Vd. reconocido en esta descripción?

La pregunta habitual que se hace la empresa es: ¿qué hacen esos señores del TIC que son tan poco comunicativos y que nos cuestan tanto dinero? Es injusta, pero es real. En el TIC de las empresas se realiza un trabajo enorme y de gran valor, pero no es percibido como tal. 

Los grandes retos del TIC son: comunicar mejor y trabajar menos.
 
Comunicar mejor quiere decir que el CIO tiene que orientarse al Negocio, y no a la Tecnología. ¿Sorprendente? No. El CIO debe ser un técnico, pero sus competencias le deben orientar a poner su conocimiento técnico a disposición del negocio, de quien debe ser el interlocutor válido, único y cualificado. 

Comunicar mejor quiere decir que debe evangelizar tecnología en otras áreas de la empresa a las que sencillamente no les interesa la tecnología, la desconocen y aún la temen. Y es lo correcto, la tecnología es importante, pero no es "su" negocio. La misión del CIO debe ser buscar soluciones a los problemas de su empresa, no "poner tecnología". Porque las empresas lo que buscan es clientes, mercados, mejorar procesos productivos, rentabilidad... no buscan ser tecnológicas. Buscan soluciones, no tecnología. Pero para todo ello necesitan de la tecnología.  La tecnología es la solución.

Y el CIO debe ser un técnico. El CIO no puede ser “la-persona-de-la-empresa-que-menos-sepa-de-tecnología”, y precisamente “por eso”. Y eso está ocurriendo en estos tiempos con demasiada frecuencia. Es una barbaridad. Ninguna empresa osaría poner al frente de sus Finanzas a alguien que tuviera a gala no saber nada de contabilidad, ni hacer director de marketing a quien desconoce todos los principios del marketing. Y sin embargo en el área TIC se hace. ¡Qué error!.

Trabajar menos quiere decir aportar más valor a la empresa. Esto se consigue gestionando unos recursos humanos escasos y menguantes. Quiere decir ser listos además de inteligentes. Quiere decir dejar de hacer cosas. Cosas que no aportan valor al negocio. ¿Cuáles?:

1.   Deshágase Vd. de  su CPD (esta recomendación tenía sentido allá por 2014, en la primera  redacción de este artículo, cuando proponer soluciones cloud no tenía ni buena acogida ni entendimiento) . Ni tiene dinero para mantenerlo en condiciones de seguridad adecuadas ni tiene tiempo para ello. Vd. no es un porteador de servidores. Su misión en esta vida no es desembalar cajas ni cargar servidores. 
2.   Busque empresas de servicios que sean partners de su negocio (¡ahí es donde están los técnicos con vocación de tocar máquina, los mejores!). Los partners se preocupan también por el negocio de la empresa cliente.
3.   Deshágase de sus “proveedores”. Los “proveedores” que no son “partners” entran por precio, saben que no durarán y Vd. tendrá que controlarlos con unos recursos de los que no dispone. Son carísimos.
4.   Compre sólo servicios GESTIONADOS 

En este caso, el problema es la solución. 

jueves, 10 de diciembre de 2015

Transformación Digital. ¿Qué se está haciendo en este país?


Cada seis meses, el sector TIC, criticado habitualmente por ser literariamente poco pródigo, inventa un palabro.  El que ha tocado este semestre es Transformación Digital. Todo el mundo habla de Transformación Digital. Y cuando hablan, ¿qué dicen? Pues resulta que, lamentablemente, estos palabros no definen una nueva orientación del sector, una identificación de nuevas tendencias y necesidades, sino que se convierten en el cajón de sastre en el que introducir, apretaditos y reordenados, la gama de productos del catálogo habitual de la empresa.

El espectáculo es más lamentable y descorazonador cuando son los gurús los que exponen su visión de concepto, y se acaba resumiendo en que hay que llenar las empresas de gadgets, lo primero que se tenga a mano, ya sean impresoras 3D para libros o drones para llevar tarjetas de crédito.

Los intentos de poner sensatez suelen tener pocos adeptos. Son protagonizados por los aguafiestas de algo que parecía que tenía muy buena pinta para 1. Que el proveedor venda “algo” y 2. Que el departamento TIC tenga entretenidos y ocupados a sus usuarios.

Vamos a contar lo que es la Transformación Digital, que es –aviso- algo aburrido, lento y caro. Con estos tres adjetivos, ya hay muchos CEOs que deberían borrar de su agenda el tema,  vivir más felices y descuidados hasta el cercano día que vean cerrar las puertas de su empresa por aquello de quién se ha llevado mi queso, o mi caviar. 

Cuando hablamos de Transformación Digital hablamos de repensar cómo se están las haciendo las cosas en la empresa y buscar formas de hacerlo que, apoyadas en la tecnología, nos den como resultado una operación más rápida, flexible y barata. Nada más. Y nada menos.  La buena noticia es que es fácil, muy fácil, sólo hay que mirar y ver, porque la tecnología es magnífica, y está ahí desde hace mucho tiempo. Los grandes avances que vemos en los diarios no son de hoy la mayoría de ellos. Son cosas ya inventadas hace mucho tiempo, pero, que de repente, disparan su conocimiento, reconocimiento y entusiasmo. Drones, impresoras 3D, Internet de las cosas, Big Data, hace mucho que existen. Con otros nombres. Por eso, la tecnología es fácil. Lo que se decide hacer con ella, no. Y no es fácil porque los cambios en la forma de hacer involucra no a máquinas sino a personas. 

Errores que se cometen:

1.   Pensar que no hay que invertir. Sí, hay que invertir y mucho, en tecnologías y en técnicos. En este país solemos pensar que las TIC son gratis. Será por eso que luego las cosas no funcionan. Pero la culpa no es las TIC

2.   Considerar que la tecnología va a mejorar mis procedimientos per se. Rotundamente no. Si tiene un problema y compra una tecnología, su problema no se va a resolver…. Lo que tendrá es dos problemas.

La Transformación Digital exige un esfuerzo de flexibilidad corporativa, de confianza en las personas, de motivación. La vieja Europa siempre va a la cola de estos procesos, siempre pensando en cómo repartir la miseria en vez de aspirar a crear nuevos mercados.

Y ¿hay empresas que se hayan planteado seriamente esto de la TD? No muchas. Hay nuevas empresas que ya nacen con la Innovación Digital en sus genes, las nuevas. Las de menos reciente creación, no suelen encontrar razones para cambiar su forma de hacer algo que siempre les  ha ido bien – y no entienden por qué cada día les va peor aquello que siempre les había funcionado, y ya nunca más va a funcionar-.

Hay más buenas noticias: ya no es preciso “evangelizar” en los nuevos conceptos de la economía digital. No es preciso porque ya es un hecho, un tsunami que avanza imparable: la empresa que no se transforme va a desaparecer. Pero la noticia es buena, porque su mercado se lo quedará la empresa que sí se haya adaptado. Nada es eterno. Y lo único que permanece es el cambio.

Esto último, amable lector, es probable que no le resulte ni cómodo ni agradable. Pero es lo que hay.

Más buenas noticias: decíamos que la tecnología hace mucho tiempo que está ahí y funciona. Las impresoras 3D, los drones y las tablets no se inventaron ayer.  Lo que necesita es definir cómo hacer avanzar su empresa, definir cuánto, cómo y en qué va a invertir. Aprobar un proyecto, con un presupuesto de inversión.

¿Hay empresas que de verdad están haciendo Transformación Digital? Pocas. ¿Los bancos?, no tanto como dicen, ni tan rápidamente. ¿Sector retail?, sí, más claramente. Claramente se ve los que han incorporado el concepto, y disparan sus ventas y la creación de tiendas físicas y virtuales, y los que no – y estancan sus ventas agazapados en sus inmensos centros comerciales-. Y vuelvo a decir que es fácil, y no es muy innovador, la verdad. Véase mi artículo sobre el proyecto Smart Store 2000, de Andersen Consulting, en Chicago, año 1990, en el que tuve el placer que colaborar: las tecnologías futuristas, pero ya existentes que presentábamos hace 25 años, es ahora cuando –y no todas, aún- se están haciendo realidad.

Errores que se cometen por el camino: numerosos y de bulto. Siempre por pecar de conservador. El mayor pecado para innovar. Por ejemplo, recordemos esa cadena de hamburgueserías que se ha llenado de puestos de autoservicio –probablemente carísimos-. ¿Cuál era la innovación esperada?: la más barata, cómoda para el cliente y fácil, el desarrollo de Apps de pedido por parte del restaurante que el cliente instala en su Smartphone. ¿Era tan complicado pensar algo tan simple? Pues sí, porque sólo ahora están haciendo los competidores lo óptimo.

¿Wifi en los establecimientos comerciales? Sí, pero vamos a hacerlas muy muy lentas, o hagamos imposible al cliente que se conecte desde dos dispositivos –como en la cadena VIPS, por ejemplo, que para más recochineo desarrollan una App que lo que mejor, casi lo único que gestiona es el pago, por adelantado, por cierto imposible si no funciona la wifi. Paciencia- , no sea que el cliente se sienta cómodo en mi local y decida entrar. O, en mi tienda no quiero wifi, que el cliente se despista. 

Pues resulta que no, señores, resulta que todos deseábamos entrar en una tienda y sentarnos un ratito -¿Por qué no es posible sentarse?- y hasta usar la wifi y cargar la batería de mi móvil (caso de la nueva tienda de Primark en Gran Vía). Pero ahí tenemos a esas otras empresas formales de verdad que nos ofrece una wifi  para generar nuestro enfado, porque no funciona, y hasta ¡nos limitan el uso de Whatsapp, no vaya a ser que la colapsemos!.  Bye, bye, negocios que odian a sus clientes.
Si ofrezco wifi a mis clientes, no sólo los fidelizo, sino que además puedo obtener interesantísima información sobre su comportamiento en mi establecimiento, ofrecer información complementaria con bidis, ofertas cuando pasan por una determinada zona, etc.

La TD tampoco consiste en hacer inversiones improcedentes ¿impresoras 3D de churros servidos por drones?. No. La TD no es tarea de aficionados ni se trata de llenar el negocio de gadgets. La tarea de TD es transversal pero el peso debe recaer en los CIOs – los CIOs que ejercen como tales, no como responsables del centro de datos- , que deben tener como principal misión la Innovación.  Sí, porque la responsabilidad tradicional de hacer funcionar el centro de datos, los servidores, las comunicaciones, eso ya se da por hecho. No es un CIO quien crea que esa es su principal responsabilidad, puesto que esos servicios deben prestarse externalizados, ya que existen proveedores que aseguran esos servicios, de forma más económica y segura. Eso genera cierto vértigo, el miedo a salir de la zona de confort, pero, si bien suele percibirse como un peligro para el CIO, al 100% se acaba convirtiendo en la razón que hace que el CIO sea valorado en la empresa, mucho más valorado.

Todo esto es la Transformación Digital – o sea Business-, que se resume a pensar, pensar en mis clientes, mis procesos, pensar en el cambio, en la mejora continua. Nada nuevo, nada que se suela hacer. Apoyándome en tecnología, que ofrece unas palancas que nunca antes en la Historia de la Humanidad se nos habían ofrecido. Bienvenidos al futuro.